Vacunas (III): Sputnik-V
De Guatemala a Guatepeor
Como otras veces, no voy a difundir esto en redes sociales, así que, los que llegáis aquí, sabéis quién soy. No soy médico, ni trabajo en el sector de la salud. Lo que cuento, lo he leído de fuentes fiables (intento poner las fuentes la mayoría en inglés).
Me han preguntado sobre Sputnik-V, la vacuna rusa. Cuando me he puesto a escribir, me ha salido un artículo muy largo. Así que lo he partido en 4 partes.
- Riesgos
- AstraZeneca
- Sputnik (este artículo)
- Conclusión
Sputnik-V#
Sputnik-V es el nombre comercial de la vacuna rusa más conocida, aunque hay otras vacunas rusas disponibles o en desarrollo.
Como ya dije al hablar de tipos de vacunas, Sputnik-V es parecida a AstraZeneca. Simplificando mucho, un virus del catarro, que no se replica, y que tiene dentro información sobre cómo hacer parte del virus del Covid.
Así que digamos que en principio la técnica es parecida a AstraZeneca, pero utiliza dos virus diferentes, uno para la primera dosis, y otro para la segunda. Lo que parece más un apaño (un hack). No es muy prometedora, pero tampoco es descartable que funcione en los niveles de AstraZeneca.
Sin embargo, ese no es el problema con la vacuna Sputnik-V. El problema es que hay sospechas de que los estudios para probar su eficacia hacen uso de datos falsos. Y eso hace que la confianza sea nula.
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A final del verano salieron los datos del estudio original fase I/II(“trial I/II”) en un artículo en Lancet
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Poco tiempo después, un grupo de investigadores presentaron una carta respuesta expresando algunas dudas (note of concern que acabó publicada en Lancet). Los autores del estudio original respondieron a algunas de las dudas aquí, pero en Noviembre todavía no habían dado los datos en bruto a pesar de habérsele pedido al menos en 4 ocasiones. En paralelo, un grupo distinto de investigadores (esta vez rusos) presentaban una segunda carta con dudas y pedían el retracto del artículo a Lancet. Que yo sepa nunca más se supo del estudio en fase I/II.
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En Diciembre surge la noticia de que el alcohol interfiere con la inmunidad en Sputnik. Al principio parece un chiste. Pero pronto se confirma, aunque parece que se puede tomar una copa de champán para celebrar la Navidad. No es una anécdota, puesto que condiciones como esa dificultan el despliegue de la vacuna.
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En Febrero de 2021 se publica el estudio en fase III. Eficacia en cifras altísima que parece destinada a dar confianza. Ya desde Febrero, empieza el run-run de que se puede utilizar en Europa. La mala gestión en conseguir otras vacunas, y la presión por salvar la cara son importantes. Sputnik parece que está disponible, y algunos países se empiezan a mover. Pero la agencia europea (EMA) no aprueba Sputnik.
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En Abril, Eslovaquia compra un montón de dosis y pide una evaluación a su agencia nacional. Descubren que las dosis son distintas que las que está examinando la EMA (la agencia europea), y que las características son distintas que las se publicaron en el artículo científico sobre la fase III. Además concluyen que las diferencias entre los datos en ensayos preclínicos, producción y ensayos clínicos hacen que sea difícil valorar los riesgos.
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El gobierno ruso se enfada, dice que los eslovacos han analizado la vacuna mal, acusan de romper el contrato, y piden la devolución de las dosis que habían llegado ya.
Y luego está lo del presidente de Argentina. Que es una anécdota, (porque en una vacuna con eficacia del 91.6%, 84 de cada 1000 contagiados todavía pasarán el virus, aunque lo lógico es que sea de forma muy atenuada), pero que es una anécdota que se une a las dudas que presenta la vacuna.
Como ya hemos dicho, los estudios con AstraZeneca no fueron estupendos tampoco. Pero las sospechas con Sputnik-V son de otro nivel. Los puntos 2 y 5 hacen que a mí personalmente Sputnik me produzca terror.
Y sospecho que la EMA no lo va a aprobar.
Pero que la presión política va a ser tan fuerte, que aun así la van a poner.